Minos y Pasífae, reinaban en Creta. Tras la muerte de su hijo Androgeo, Minos decidió atacar Atenas y lanzó una serie de maldiciones que provocaron que el territorio ateniense sufriera sequías y hambre. A cambio de la paz, los atenienses debían enviar siete hombres jóvenes y siete doncellas cada año para alimentar al Minotauro. Un año, Teseo, hijo de Egeo, rey de Atenas, marchó voluntario con los jóvenes para liberar a su pueblo del tributo.

Ariadna se enamoró de Teseo a primera vista, como otros personajes femeninos que ayudaron a provocar el nuevo orden y le ayudó dándole un ovillo del hilo que estaba hilando para que pudiese hallar el camino de salida del laberinto tras matar al Minotauro. Ariadna huyó entonces con Teseo, pero según Homero «no pudo lograrlo, porque  Artemisia la mató en Día, situada en medio de las olas, por la acusación de Dionisio». ​ Homero no explica la naturaleza de la acusación de Dioniso.

En Hesíodo y la mayoría de las demás fuentes, Teseo abandonó a Ariadna dejándola dormida en Naxos y Dioniso la redescubrió y se casó con ella. Existen diferentes tradiciones acerca del motivo de este abandono: lo habría hecho porque Dioniso le hizo olvidarse de ella, o por orden de Atenea o de Hermes; o por puro olvido o desprecio, o por vergüenza de llegar con ella a Atenas, o porque amaba a Egle. Otro relato contaba que la nave donde viajaban sufrió una tempestad en torno a Chipre y que Ariadna, que estaba encinta, fue puesta en tierra en la mencionada isla, pero Teseo debió dejarla allí para socorrer al barco. En este relato, Ariadna murió en la isla antes de poder dar a luz y cuando Teseo regresó, ordenó celebrar sacrificios en honor de ella. Otra tradición señalaba que después de haber sido abandonada por Teseo, Ariadna se casó con un sacerdote de Dioniso llamado  Ónaro. En una versión alternativa, Teseo no la abandonó, sino que Ariadna fue raptada por Dioniso y la llevó a la isla de Lemnos.

Con Dioniso, fue madre de Enopión, Toante, Estáfilo y Pepareto.​

La corona que recibió Ariadna como regalo de bodas fue ascendida a los cielos como la constelación Corona Borealis.

Ariadna permaneció junto a Dioniso hasta que más tarde Perseocombatió contra Dioniso en Argos y mató a Ariadna al petrificarla con la cabeza de Medusa o tras arrojar una lanza que iba dirigida a otro guerrero. En otros mitos Ariadna se ahorcó tras ser abandonada por Teseo.​ Sin embargo Dioniso descendió al Hades y la trajo de vuelta junto con su madre Sémele. Juntos se unieron entonces a los dioses del Olimpo. Según Hesíodo, fue inmortalizada por Zeus.

En la mitología romana, la diosa comparable es Libera a la que los poetas romanos asociaban con la Ariadna greco-minoica.

Ariadna fue especialmente adorada en Naxos, Delos, Naxos y Chipre.​ Probablemente también se la venerara en Argos, donde una tradición indicaba que allí se conservaba su tumba.​ ​


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